¿Quien maneja los hilos?

1786-1859), como alter Christus, dedicó también su vida principalmente a quitar el pecado del mundo por el sacramento de la penitencia, con la gracia de Cristo Salvador único de los hombres.

Alguien que aprendió algo sobre el que maneja los hilos

Nace en Dardilly, un pueblo cerca de Lion, en el seno de una familia muy cristiana de agricultores, piadosos y compasivos con los pobres, que siempre recibían con servicial amabilidad. En una ocasión atendieron así a San Benito Labre, que acababa de salir de la Trapa, para hacer su vida mendicante.
Juan-María, uno de los seis hijos de esta familia, fue bautizado el mismo día de su nacimiento. Gracias a su madre, pudo decir después: «La Santísima Virgen es mi mayor afecto; la amaba aun antes de conocerla» (Proceso Ordinario 677).
–En su infancia, el Estado perseguía a la Iglesia, y exigía al clero jurar la infame Constitución Civil, que en la comarca de Lión entró en vigor en 1791. La guillotina funcionaba sin descanso: eran los años de El Terror (1793-1794). La iglesia de Dardilly permanecía cerrada. Juan-María, con una hermana suya, pronto fue encargado de sacar el ganado. Arrodillados en el campo hacían sus oraciones.
–A los nueve años Juan-María apenas sabía leer, enseñado por su hermana mayor. En 1794 se abrió por fin en el pueblo una escuela, donde el niño recibió una instrucción básica. Varios sacerdotes no juramentados vivían cerca, en Ecully, disimulando su condición con otros trabajos. Con uno de ellos, que visitó Dardilly, hizo su primera confesión a los once años.

A los diecisiete años, teniendo solamente conocimientos incompletos de la enseñanza primaria, quería ser sacerdote. A los diecinueve años, el buen sacerdote Balley, que había sido nombrado párroco de Ecully, lo recibió en un improvisado seminario. Carente de los conocimientos más básicos

Su empeño era limpiar los pecados

llegó a pasar más de dieciséis horas diarias en el confesonario, perdonando los pecados en nombre de Dios, alentando, ofreciendo el calor de su afecto humano y de su identificación con Jesucristo Sacerdote.

Si haces mejores hombres cambias la historia

Otra enseñanza del santo Cura de Ars es que el demonio tienta de manera particular a las almas que quieren superar el pecado y a aquellas que viven en estado de gracia, pues no necesita tentar a las otras.

comer, beber y dormir

¿Quieres caerle bien a Jesús?

Descubre el valor de las personas que te rodean. Vamos a verlo con el ejercicio de mirar a una persona en silencio y decirle a la cara alguno de sus dones: eres muy simpático, eres generoso y callado, eres fuerte de caracter,

  • descubre el valor de lo pequeño, de tu presente. Hoy puedo calentar el primer plato
  • ¿quien le caia bien? María, su mamá, su padre de la tierra José, san Pedro… Juan Mª
  • Personas humildes que saben escuchar lo que han hecho mal y saben pedir perdon y empezar de nuevo

¿quien le caia mal a Jesus?

Los hipócritas y los chanchos de miraba baja (Herodes)

¿Cómo aprender?

con la oración. La oración una degustación anticipada del cielo, hace que una parte del paraíso baje hasta nosotros. Nunca nos deja sin dulzura

7 dones del espiritu santo

egún el punto 1831 del catecismo de la Iglesia Católica: «Los siete dones del Espíritu Santo son:

  • sabiduría,
  • inteligencia,
  • consejo,
  • fortaleza,
  • ciencia,
  • piedad y
  • temor de Dios. 

Frutos del Espiritu Santo

Los frutos

  • Amor: El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad, que es fruto del amor entre el Padre y el Hijo, es la Caridad sin límites. Éste es el primer fruto y origen del resto, pues como dice San Pablo, sin amor nada vale (1 Co 12,31—13,13). Este fruto se manifiesta amando a Dios con todo el corazón, con todas nuestras fuerzas y con toda la mente y al prójimo, viendo en el a Cristo.
  • Alegría: Este fruto nace de quien experimenta y tiene la caridad, es el gozo profundo del alma. Es la satisfacción de estar en Dios, de hacer el bien, de saberse victorioso sobre la muerte.
  • Paz: Quien es verdaderamente alegre experimenta también la Paz profunda de abandonarse a la voluntad de Dios. Es fruto de la verdadera alegría, que dista mucho de los gozos materiales. Es la certeza de estar seguro bajo la mano de Dios a pesar de la adversidad de la vida terrena.
  • Paciencia: Paciente es aquel que no se turba ante las adversidades de la vida ni las tentaciones de satanás. La paciencia nos da tranquilidad y armonía para con las demás criaturas.
  • Longanimidad: Es la perseverancia ante las dificultades, nos da ánimos y coraje ante el mal. Es el saber esperar la Providencia Divina, cuando se escapa a nuestra lógica, además de conferir al alma amplitud de miras y generosidad.
  • Benignidad: Nos concede ser gentiles para con los demás. Es la constante indulgencia y afabilidad; nos permite tratar a los demás con una dulzura especial.
  • Bondad: Es el fruto palpable de la benignidad con quien más sufre y lo necesita. Nos presta a ocuparnos del prójimo y beneficiarlo; infundiendo en el alma el espíritu de Jesucristo de entrega al otro.
  • Mansedumbre: Es la resistencia ante los impulsos que provoca la injusticia, sobre todo ante las reacciones violentas. Frena la ira y la cólera, se opone al rencor y la venganza.
  • Fidelidad: Quien es fiel, da testimonio de Jesucristo, quien fue fiel hasta el final. Mantenerse fiel al amor de Dios, teniendo certeza de la verdad.
  • Modestia: Es la disposición de dignificar nuestro cuerpo y forma de vida para ser un verdadero templo del espíritu santo.
  • Continencia: Como su propio nombre indica consiste en mantener en orden y contener las apetencias y placeres materiales. Es decir, contener la concupiscencia.
  • Castidad: Es la victoria del cristiano sobre la carne, para ser templo vivo del Espíritu Santo. Quien es casto reina sobre su cuerpo, con paz, sintiendo la alegría de una amistad íntima con Dios.